La boda de NATALIA Y NACHO ha sido muy especial,
A lo largo de mi
trayectoria profesional, me he encontrado con muchas clientas que van un paso
más allá de la estricta relación profesional para convertirse en amigas.
Ese "feeling"
suele darse ya en esos primeros momentos de contacto visual entre una y otra. Eso me pasó con NATALIA. Alta, guapa, sencilla, estilosa, sonrisa cautivadora y
con ese marcado acento sevillano que me desarma.
Tuve muy claro
inmediatamente que no sería una novia al uso y que su vestido tendría que
marcar diferencias. Como ella tenía muy claro que no quería velo, le propuse el
sencillo pero original tocado que lució ese día y que daba cierto aire de
misterio a esa mirada angelical que le caracteriza.
La boda tuvo lugar en la
sierra madrileña, en LA CASONA DE NAVALMEDIO. El emplazamiento estuvo decidido
desde el principio, ya que en la montaña se refugiaba Natalia en los momentos bajos que, de vez en cuando, le acechaban recién llegada a Madrid.
La boda estuvo repleta de
momentos emocionantes; uno de ellos fue, cuando a punto de comenzar la
ceremonia, el padre de la novia insistía en querer decirle algo. A ella se le
pasó de todo por la cabeza pero el asunto era bien sencillo: se había preparado
un "pequeño discurso" sobre lo que significaba el matrimonio para él
y el mensaje fue recibido con mucha ternura por los asistentes al enlace.
Como anécdota, me cuenta Natalia que al día
siguiente de la ceremonia, amaneció con unos extraños hematomas en ambos
antebrazos de portar la larga y pesada cola durante todo el día...Natalia lleva un espectacular vestido de PRONOVIAS, tocado de ROSA CLARÁ, zapatos de MENBUR y ramo de Gerberas de la Floristeria HIEDRA de CERCEDILLA.
Las fotografías son de FERNANDO MAÑAS.